sábado, 15 de enero de 2011

Relato: OVI

La señora Mercedes subió a la terraza de su edificio a tender la ropa. Iba vestida con una bata beige, zapatillas rosas, rulos de colores y un cigarro medio apagado. Aunque el sol se acaba de poner, colgó la ropa con pinzas de colores en las cuerdas de plástico blanco. Necesitaba un pantalón seco para ir a trabajar mañana y pensó que la noche calurosa de junio le ayudaría. Mientras colgaba la ropa, pensaba en qué hacer de cena a los niños y a su marido. Repasaba mentalmente qué había en la nevera y cómo hacer algo rápido de cena.

Mientras colgaba el pantalón, algo sobrevoló sobre ella. Un fuerte viento hizo mover la ropa como si soplara un huracán. Ella cayó de culo y se quedó mirando al cielo. Se levantó como pudo y miró hacia atrás. Abrió los ojos como platos y vio un enorme ovalo que emanaba luz verdosa que se alejaba a gran velocidad. Hacía un ruidito parecido al de la lavadora centrifugando. El ovalo acabó ocultándose detrás de una montañas a lo lejos y ruido y luz desaparecieron.
Dejó la ropa del canasto y las pinzas en el suelo. Fue corriendo hacia la puerta y bajo las escaleras con dificultad. Se sentía bastante mareada y bajaba las escaleras agarrandose a la barandilla. El cigarro lo perdió sin saber por dónde.

Llegó a la calle y corrió hacia la esquina, donde estaba la comisaría. Al llegar, apoyó sus manos sobre el mostrador y exclamó:
    -¡He visto un OVNI!
    -Señora Mercedes, tranquilícese -le contestó el guardia que había en recepción.
    -Lo he visto en la terraza de casa, se lo juro.
    -Siéntese ahí un momento, a ver si le puede atender el comisario.
    -Dése prisa -se sentó entonces.

El guardia fue al despacho del comisario y picó a la puerta. La abrió un poco y miró. El comisario le miró y preguntó:
    -¿Qué pasa, González?-
El guardia abrió más la puerta y entró un poco.
    -Esta aquí otra vez la señora Mercedes. Que dice que ha visto un OVNI.
Decía esto mientras le hacia una media sonrisilla. El comisario decía que no con la cabeza, pero luego dijo:
    -Hágala pasar.
González acompañó a la señora al despacho del comisario. Se sentó delante de su mesa mientras el comisario la observaba.
    -¿Y bien? Cuénteme que ha visto esta vez, señora Mercedes.
    -He visto un OVNI. Estaba arriba, en la terraza tendiendo la ropa. Tenia forma como de un melón, volaba y daba luz verde. Hacia un ruido como “buruburuburu”, como cuando centrifuga la lavadora, y tiraba tanto aire que me caí al suelo.
    -¿Un melón volador entonces?
    -No, como una nave metálica y se fue detrás de unas montañas.
    -Lo que vio usted no es un OVNI, fue un OVI.
    -¿Cómo? ¿Un OVI?
    -Si, un Objeto Volador Imaginario.
    -No, estoy segura. Se lo juro.
    -¿No será esta otra historia como la del hombre lobo que se encontró en el contenedor? ¿O el ladrón que se escondía debajo de su coche?
    -Es verdad. Creame- decía indignada.

El comisario comenzó a buscar por los cajones de su despacho, sacó un aparato para medir la borrachera y se lo ofreció a ella.
    -Si sopla aquí y da cero, podré empezar a creerle algo.
Después de un rato salió cabizbaja la mujer y el comisario ordenó a un novato que le acompañara a casa. Con paso lento fueron saliendo de la comisaría poco a poco. González se acercó entonces al comisario y preguntó:
    -¿Qué le ocurre a esta señora? Cada dos por tres está por aquí con cosas mas extrañas.
    -Por desgracia, esa señora perdió a su familia en un accidente aéreo. Desde entonces, le pega demasiado a la bebida. La pobre cree que aún viven sus hijos y marido. Si la ves por aquí, ten paciencia con ella. Le puede pasar a cualquiera.
    -Entendido.

Entonces todos volvieron a sus puestos de trabajo como si todo siguiera igual.

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